Le obligaron a sentarse
en el sofá, junto a sus zapatos nuevos y al vestido blanco prestado. Da mala
suerte que te vea antes de la ceremonia, le dijeron. Y mientras esperaba
reflexionó sobre la suerte. La que tenía, la que le esperaba. Lo hizo tanto y
tan conscientemente que cuando entraron a avisarla allí seguían el sofá, los
zapatos y el vestido, pero ya no estaba ella.
Arrasados
Hace 4 días
No hay comentarios:
Publicar un comentario