miércoles, 27 de febrero de 2019

Castigo

El párroco le decía que, si le contaba algo a alguien, Dios le castigaría, pero él, con una mano en su entrepierna y la otra en el bolsillo para no enseñar su temblor, se preguntaba qué castigo, aún mayor, podría esperarle si decidía romper el silencio.

lunes, 25 de febrero de 2019

Ambiciosos

"Mismo día, dos decisiones; la función teatral de tu hijo, para la que lleva ensayando seis meses, y reunión urgente para cerrar el negocio de tu vida ¿Qué eliges?".

Los responsables de departamento miraban a sus súbditos con esa manera tan displicente con que los superiores miran a los de clase inferior. En las reuniones ejecutivas siempre salía el tema y siempre se vanagloriaban por haber elegido la respuesta correcta. Todos esos que prefieren a su familia antes que al éxito seguirán siendo los mediocres que madrugarán a diario para no obtener más recompensa que una jornada anodina de ocho horas y un salario indigno para sobrevivir. Y todavía debían dar las gracias. Una fábrica de borreguitos.
Y ellos, pastores aventajados que miran desde arriba como aquellos agachan la cabeza y teclean sin parar, visten de corto para jugar a squash y de largo para comer en los mejores restaurantes. Al llegar a casa, sus hijos siempre dormidos y su mujer mandándose mensajes con el monitor de pilates. Buenas noches y mañana será otro día. Porque mañana volverán a llegar a casa con la luna en lo alto y la tarjeta oro, echando humo, en la cartera. Y cuando vuelvan a ver reir a los chicos que, puntualmente, salen cuando termina su jornada, ellos, rictus serio y reunión pendiente, seguirán preguntándose de qué coño se ríen.

Y en la reunión, el jefe de jefes, mano derecha y cabeza pensante, les atiende en bañador desde un hotel al otro lado del mundo. Deprisa que he quedado. Cuentas, números, resultados, balances. Y a seguir el ritmo. Negocios, cenas, reuniones, servidumbre. Que nadie se vaya a casa. Adiós, hasta la próxima.

Y cuando, entre ellos, café en una mano y vaso de whisky en la otra, se preguntan qué fue lo que respondió en el test de presentación laboral, uno le dice al otro que le dijeron que había arrugado la hoja y tirado a la papelera. Y es que el mundo no hace distinciones entre tontos y listos sino entre osados y tipos que se creen ambiciosos.

jueves, 21 de febrero de 2019

Prioridades

El bandido me ha llamado bellaco y yo me he quedado picando en la mina como un paria. Me dicen los compañeros que un hombre no puede tolerar la ofensa, pero ellos no saben que lo que no puede hacer un hombre es jugarse la vida cuando tiene todas las papeletas para perderla. Luego llegó el patrón y los puso a todos firmes, nadie habló. A ese maldito mequetrefe nadie es capaz de toserle pese a que todos sabemos que no tiene ni medio golpe. Resulta curioso como habría muchos que calarían sombrero y cabalgarían, espuela caliente, durante medio oeste con tal de vengar una afrenta, pero no son capaces de mandar al carajo al tipo que nos explota diariamente. Les puede más el miedo a perder el trabajo al miedo a perder la vida. Curiosa manera la del ser humano a la hora de gestionar sus prioriades.

lunes, 18 de febrero de 2019

Camino a Oz

Hay noches que me acuesto con miedo porque sé que alguien me quiere robar la luna. Me pregunto si ella sigue sabiendo que su luna brilla dentro de mí. Hay noches que busco en la ventana una luz para el recuerdo, hay noches es las que ella sigue guardando en su ventana un trocito de recuerdo para mí. Las noches son largas y los días monótonos. El sol me sigue descubriendo una vereda por la que debo caminar, pero cuando cae la noche, me atropella un camión de recuerdos y caigo inducido en un coma de pesadillas. Cuando despierto, una mañana más, sigo sin ver la luna y el sol, cegador, vuelve a dibujarme un camino de baldosas amarillas. Y ahí sigo, camino a Oz, esperando a llegar al lugar donde está escondida mi luna.