miércoles, 29 de abril de 2020

El lado frágil de la conciencia

Con el derecho siempre procuro mirar para otro lado porque el izquierdo me obliga a mirar al frente. Con la derecha siempre intento parar el golpe mientras la izquierda me dice que le devuelva una caricia. La parte de derecha de mi pecho, sin alma, me pide un final apoteósico, la izquierda, todo corazón, me suplica otros mil segundos de perdón. Al final, siempre ganan los prejuicios y pierden los buenismos. La vida es acción y los pies, sobre la barandilla, lo corroboran. La parte izquierda de mi cerebro me pide seguir ¿Seguir sufriendo? Pregunta la derecha. Con un salto, me asegura, todo habrá terminado para siempre. Incluso las disyuntivas.

viernes, 24 de abril de 2020

Argumentalmente imposible

No podía dejar de llorar mientras miraba por la ventana el reflejo del chico hundiéndose en el mar mientras la chica no le dejaba un hueco en la tabla de madera. Físicamente era posible, argumentalmente era imposible. El cine. Había visto la película veintiocho veces y nunca había llorado hasta el día que entendió que incluso la vida es un guión. Le vio marcharse calle abajo, arrastrando una maleta. Ambos podrían haber seguido cabiendo en la misma casa. Físicamente era posible, argumentalmente era imposible.

viernes, 17 de abril de 2020

Desprovisto

Si dijera que sentí dolor mentiría como mentí el día que dije que no sentí tristeza, como el día que dije que los lamentos son la sed de los cobardes, como el día que propuse un reto al corazón y perdí las ganas y la memoria. Desde aquel día miento más que hablo y hablo por no callar, pero de tanto verte de mano en mano, de boca en boca, he aprendido a callar en mis adentros y a no sentir lo de afuera.

martes, 14 de abril de 2020

jueves, 2 de abril de 2020

Las tres gracias

Nos apenó que no le quedara ni un recuerdo para rellenarlas con matices y nostalgias. Nos embriagó la penumbra que destacaban sus ojos grises y el cálido pesar que exhalaban las comisuras de su boca. Sin embargo, un chasquido de sus dedos nos volvió a poner en el lugar de la monotonía. Le observamos en silencio y, mientras terminaba de pintar el cuadro, nos volvimos a poner en situación. Desnudas, carnosas, joviales. Inmortales.