lunes, 18 de junio de 2012

Sobre el vacío

"Cómo Nicolas Cage en Leaving Las Vegas...". La voz de Amaral resonaba en los auriculares desprendidos del cuello. Llegaba lejana, como el cable que dejaba caer hacia el bolsillo, como el recuerdo que dejaba aflorar sobre el tejado. Para subir, solamente podía bajar. Había veinte metros de caída; suficiente distancia para romperse la crisma y olvidar todo el pasado. Olvidar los besos, las palabras y, sobre todo, las mentiras. Un día le dijo que moriría por ella y allí estaba él, abrazado al aire y con los pies sobre el último alféizar, para no dejarse llevar por la cobardía. Amaral terminaba su canción y los auriculares desprendían una frase que resonó en su conciencia. "Moriría por vos...". Justo entonces fue consciente de que algunas veces, las promesas también se cumplen.

miércoles, 6 de junio de 2012

El titiritero

Algún día se enterarían de quién era el que movía el espejito, la tela y aquellos diminutos cuerpos que bailaban al son de una vieja canción. Aquel día se acabaría la magia, los niños crecerían y buscarían la sonrisa en otros lugares. Pero llegarían otros niños y el espejito volvería a moverse, y también los trozos de tela y los diminutos cuerpos seguirían el ritmo de la misma vieja canción. El espectáculo seguiría su curso mientras el titiritero tuviese fuerzas para seguir contando su historia y los niños siguiesen absortos frente al escenario.