Ahora, en la librería del pueblo.
El alcalde toma la
palabra.
-
Siento decirles que doña Carmen Tolada nos envió un telegrama para decir
que tenía asuntos pendientes que resolver y no estará presente en la charla anunciada.
Hace diez minutos, en
un sótano.
Mar mira a los ojos
de la escritora, atada de pies y manos.
- Quien me iba a decir, Carmen, que algún día visitarías mi pueblo. La gran
escritora de visita en mitad de ninguna parte. No me mire así ¿Acaso no me
recuerda? Claro que lo hace, pero debe estar tan sorprendida como lo he estado
yo durante todos estos años.
Hace tres años, sobre
un escenario.
Carmen recoge el
premio a la mejor novela del año.
- Es todo un honor recoger este premio y toda una satisfacción que el
trabajo de tantos años haya terminado dando su frutos. Gracias al jurado por su
decisión y a ustedes por su reconocimiento.
Hace cinco años,
sentada frente a un teclado y una pantalla en blanco.
Una treintañera con ínfulas
se enfrenta a su reto más personal. Teclea sin parar las palabras escritas en
los cuadernos que posan sobre la mesa.
“El día que conocí a
Telmo, fue el comienzo de una edad inesperada…”.
Hace seis años, en
una cafetería del centro.
Carmen, aburrida
contable sin aspiraciones, observa a la joven que deposita unas monedas sobre
la mesa y se marcha con prisa sin reparar en la mochila que ha dejado colgada
en el respaldo de la silla.