martes, 29 de septiembre de 2020

Del revés

-        Llegará pronto. No es normal este calor. Se va a acabar el mundo. Veinticinco grados en febrero ¿Cuándo se ha visto? Y ahora el virus este. Y mañana será el meteorito. Nos queda poco, amigo.

Miró por el retrovisor y tiró la colilla del cigarrillo, aún humeante, por la ventanilla. Tosió sobre la palma de su mano y apuró el último trago de la lata de cerveza que compartían antes de arrojarla al exterior. El motor diésel rugió en el silencio.

-        ¿Ves? Ya está aquí.

Jorge se sentó detrás y saludó en voz baja.

    -    Vamos, tío. Qué llegamos tarde.

viernes, 25 de septiembre de 2020

Sorpresa

-        Llegará pronto. – Dijo la madre a su hijo cuando su padre se introdujo en la máquina del tiempo.

Dos segundos después estaba en el año 2030 y su mujer se maquillaba frente al espejo mientras un hombre desnudo la observaba desde su cama.

En la mesilla había una fotografía de un chico con birrete y diploma.

No había fotos suyas, pero las caras de sorpresa fueron todo un retrato.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Relación tóxica

Y ella finge que se lo cree mientras el caballo va cabalgando sus venas y se deja caer sobre la cama deshecha. Es entonces cuando su limpia sonrisa me dice que, aunque no se cree nada de lo que le digo, me sigue queriendo como el primer día porque desde que yo aparecí sabe cómo olvidar y no tiene que preocuparse sobre cómo recordar.

lunes, 21 de septiembre de 2020

lunes, 14 de septiembre de 2020

El listo del atasco

Los intermitentes de adorno, la jeta más grande que la espalda, la vergüenza perdida desde que naciste.


Eres un desgraciado y un maleducado. Pero nada, ahí vas. Ahí sigues metiendo el morro para incorporarte a última hora mientras yo llevo veinte puñeteros minutos en la incorporación. Veinte puñeteros minutos esperando el momento de incorporarme a la nacional mientras tú llegas con tu carita de niño pijo y tu coche caro a meterte a última hora. Un sinvergüenza más. Por culpa de hijos de puta como tú los demás tenemos que andar esperando durante minutos a riesgo de llegar tarde a nuestro puesto de trabajo.

Y encima me tocas el claxon. Encima te haces el ofendido. Pues por mis cojones que no pasas. Pero ¿Serás cabrón? Hala, venga. Y te has metido. Vaya si te has metido ¿Qué haces payaso? Una peineta ¿Me estás sacando el dedo corazón? Pues nada, otro día que no voy a trabajar. Me va a dar igual. Te vas a cagar.

Te sigo, te sigo aunque me tenga que meter por caminos imposibles. Aunque no creo que lo haga, seguro que vives en alguna urbanización pija o eres ejecutivo en un edificio de cristal. Una rotonda, dos, un giro, un recta y aparcas. Bien, aparcas en la calle. No eres tanto entonces si no tienes una plaza de parking. Sólo un pelota rastrero con ínfulas que se cree alguien y no llega a nada. Me acerco deprisa, tú no has reparado en mí, cómo ibas a imaginar que el tipo al que has tocado el claxon te iba a seguir hasta la puerta de tu trabajo. Si no te habías fijado ni en mi coche como te ibas a fijar en mi cara.

Toma, una hostia. Y otra, y otra, y otra, y otra más. Ahí te quedas sangrando, por gilipollas, y ahora me voy a mi puesto de trabajo. Más a gusto que un arbusto. Más feliz que una perdiz. A la próxima vuelves y te cuelas. A lo próxima vuelves y tocas el claxon. So payaso.

Pues claro que volverás a hacerlo, pienso mientras te veo tomar un desvío diferente al mío. Volverás a hacerlo y yo volveré a maldecirte mientras imagino como te sigo hasta la puerta de tu trabajo y te inflo a hostias. Pero ¿Cómo voy a hacerlo? Si soy un mierda que sólo se protege con la imaginación y si soy un paria que no puede perder su puesto de trabajo.

jueves, 3 de septiembre de 2020

Decisiones

Ahora ya vestido observa el cuerpo desnudo a través de la puerta del balcón donde fuma un cigarrillo. El teléfono parpadea en silencio y observa el nombre de mujer en la pantalla mientras la luna refleja gotas de sudor sobre su rostro. La duda es un monstruo que devora su conciencia y paraliza su carne. Apaga el cigarro y sale de la habitación sin mirar a la cama. Besa a los niños y coge un bolígrafo para escribir una nota. Intenta ser original, pero no quiere pensar. La puerta cerrada y la nota en la nevera. “Voy a por tabaco”.