jueves, 16 de diciembre de 2010

Abogado defensor

A aquellas alturas de la vida era demasiado tarde para sopesar que era lo que estaba bien y que era lo que estaba mal. Realmente, mientras duraron sus mejores días de fiscal, todo había sido vanidad, acusaciones en firme y casos ganados con firmeza. Ahora estaba en el bando contrario, en el de los abogados defensores de causas perdidas, en el de los tipos sin escrúpulos que eran capaces de vender a su madre con tal de refutar una pista falsa.

Aquel hombre al que representaba tenía seis asesinatos en su haber y ninguna prueba que le vinculase hacia la culpabilidad. Hacer aquel trabajo era fácil, gracias a su verbo locuaz había sido capaz de desmantelar testimonios, hacer dudar al jurado y desacreditar a quienes hasta hacía pocos años habían sido sus compañeros. Todo por un buen puñado de euros.

Cuando consiguió sacar adelante aquel alegato de inocencia, se preguntó si valía la pena dar palmaditas en la espalda a tipos como aquel y miró a su alrededor para decirse a sí mismo que sin escrúpulos no se conseguían todos aquellos lujos. Hubo un día, meses más tarde, en el que le llamaron por teléfono para decirle que su defendido había reincidido y ahora tenían pruebas. Se puso su mejor traje, se dirijió a la sala de interrogatorios y saltó por los aires mientras observaba como un chiflado reventaba de un disparo su tanque de gasolina con una escopeta de caza.

El titular del periódico, al día siguiente, hablaba de venganza contra el abogado defensor. "El padre de la chica asesinada admitió haber matado al abogado como responsable de la puesta en libertad del asesino".

El monstruo, sin ángel de la guardia que lo amparase, fue declarado culpable y encontrado muerto, días después, colgado de las sábanas de su propia celda. Nueve cadáveres después quedó flotando en el aire la duda de si merecía la pena justificar aquellos medios para alcanzar un fin tan trágico. El dinero, como bien tangible, nunca tendrá poder adquisitivo sobre las cosas intangibles. La conciencia, el honor, la dignidad y la justicia nunca tendrán precio por más que las promesas, los sueños, las palabras y los cumplimientos se conviertan en triste realidad.

1 comentario:

sara dijo...

contar con un Abogado Valencia es importante es bueno prevenir. Los abogados siempre pueden advertir a su cliente de las posibles consecuencias negativas, en términos legales, que puede acarrear un negocio, un contrato, alguna actuación en el ámbito de familia o llevar a cabo alguna conducta que incluso puede constituir un delito penado por el Código Penal español.