miércoles, 18 de abril de 2018

La parienta se enfada

Sonreía con su irónica sonrisa de superioridad mientras masticaba, displicente, la penúltima aceituna del plato. Agarró el botellín por el cuello y lo apuró en un trago rápido. Soltó todo el aire en un suspiro sonoro y se limpió el labio superior con la manga de la camisa.

- Me voy. - Dijo en en voz alta, para que todos le escucharan. - Que si no la parienta se enfada.

La barra del bar, plagada de parroquianos, todos habituales y todos cómplices de cada comentario soez y cada anécdota exagerada, porrumpió en una sonora carcajada mientras masticaban un palillo y bebían cerveza fría.

Se había acostumbrado tanto a la broma que muchos creían que ya era verdad. "Lo que diga la parienta", "la parienta manda", "la parienta se enfada".

Y la parienta, mientras ellos se emborrachaban con cerveza y se jugaban la paga en una timba de dominó, se quedaba en casa barriendo el hogar, limpiando el polvo, fregando los suelos y sacando brillo a los sanitarios. Y mientras, preparaba el cocido y se preocupaba de bajar a por el pan y que no se le olvidara la botella de vino. Y cuando él regresase ebrio de cerveza y devorase la sopa sorbiendo y se tragase los garbanzos con la boca abierta y haciendo mucho ruido, debería recoger la cocina y decirle a los niños que no hiciesen mucho ruido porque papá se iba a echar la siesta.

Si algún día, sólo algún día, le reprochaba que hubiese llegado tarde a comer o que su cuerpo hubiese ingerido más cerveza de la que podía tolerar, encima tenía que aguantar que todos riesen la probabilidad del reproche porque es que la parienta se enfadaba.

Como para no enfadarse.

2 comentarios:

Macondo dijo...

Son gracias poco originales, tratando de dar a entender lo contrario de lo que se dice: el que lleva los pantalones es el machito y se va a casa porque le da la gana, no porque nadie se enfade.
Saludos.

Pablo Malagón dijo...

Es una de las gracias bizarras de nuestro comportamiento popular. Hacer creer que la que manda en casa es la mujer cuando realmente, ella es la esclava.

Queda tanto por avanzar.

Gracias por el comentario.

Un saludo.