
Ayer, mientras navegaba en libros, le esperaba con la mirada. Todos felicitaban mi trayectoria y me instaban a seguir. Serás una gran mujer, me decían. Y yo sólo quería ser su gran mujer. Se acabaron los libros y seguí esperando. Llegó el trabajo, el dinero, la posición. Y él pasó de largo. Se acabó el baile y se acabó la canción. Creo que, ahora sí, también se acabó la esperanza.
Por si acaso, yo voy a seguir bailando.
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