lunes, 30 de marzo de 2020

Educación


-          Cuando acabes la dejas fuera y esperas en la puerta a que aparezca el hombre de negro, y no hagas como la última vez, que cuando te pidió un poco más le cerraste la puerta en las narices.


Marcelino se rajaba los brazos con una navaja y moteaba la palangana blanca con goterones de un granate intenso. Mientras se vendaba el brazo ensayaba consigo mismo de qué manera se podía ser más educado con el vampiro.

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