viernes, 13 de marzo de 2020

La esposa

Sí, soy su esposa y sí, sigue siendo el mismo miserable de siempre que intenta arreglar sus torpezas con rosas rojas y besos robados. Sí, soy su esposa y él sigue llegando a casa a las tres de la mañana, borracho y con la mano suelta, sigue gritando como un loco los goles de su equipo y despreciando mis consejos cada vez que intento calmarle. Sí, soy su esposa, muda, sorda, ciega e insensible, así que, si está muerto, a mí no me miren. Yo soy tan sólo su esposa.

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