Me llamarán para que baje a
cenar en familia y volverán a rezar esa oración que agradezca a Dios cada uno
de los alimentos. Dios no estaba con papá el día del accidente. O quizá sí y
ahora podamos seguir comiendo gracias a la indemnización. Mamá sonríe de
soslayo. Parece haber olvidado las noches sin cena y seguro que ha querido
olvidar, también, el lugar donde escondió la llave que aflojó el tornillo de
las ruedas.
Arrasados
Hace 1 día
No hay comentarios:
Publicar un comentario