martes, 26 de octubre de 2021

Todo no se puede operar

Sus deseos de comprarlo todo en Marte han terminado por desesperarme. Vale que se le antojen palmeras de chocolate a lastres de la mañana o que haya que llevarla a casa de su madre en coche, pero que le hayan dicho que el padre de su hijo es un marciano y se lo haya tomado tan en serio es el colmo de los antojos. Al fin y al cabo yo me fui de allí hace veinte años y me he operado las orejas. Además, sigo haciendo el amor a oscuras, porque tengo una reputación que conservar.

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