No paran de preguntar por mí los mismos que, hasta hace dos días no sabían ni que existía. Ahora tocan el
timbre, me llaman a gritos e incluso meten cartas en el buzón. Yo no he cambiado en nada, sigo siendo el mismo gordo gafotas que se apuntó a un concurso de televisión, completó un rosco y regresó a casa con dos millones de euros. A ver si va a ser que los que han cambiado son ellos.
Arrasados
Hace 5 días
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