lunes, 1 de junio de 2020

El ogro

"No es cierto que tengan siete vidas, ni que merienden niños pequeños". Mamá me hablaba del ogro para que me portase bien y el único que se portaba mal era el ogro. De vez en cuando llegaba de madrugada y se escuchaba el rugido feroz de su garganta y el temblor que causaban el repiqueteo de sus pasos. Una mañana mamá apareció con el ojo cerrado y el ogro a sus pies con un corte en la garganta. No los volví a ver. Y no aprendí a portarme bien. Por eso dicen que tengo siete vidas y meriendo niños pequeños.

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