miércoles, 17 de junio de 2020

¿Sí, quiero?

Sufriendo lo indecible por amor la vi pasar a la iglesia vestida de ceremonia. Sabiendo que tras la pregunta, vendría una respuesta sin vuelta atrás, preferí cerrar los ojos y guardar la imagen de sus ojos llorosos mirando hacia el altar “¿Aceptas el sacramento del matrimonio?” Preguntó el cura. “Sí”, contesté yo, sabiendo que mataba dos vidas por no matar una sola.

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