viernes, 22 de mayo de 2020

Intereses encontrados

Nos dejaron sin magdalenas antes de las diez y a las doce ya no quedaba ni agua. El intendente del
supermercado cerró las puertas y nos metió, uno a uno, dentro del almacén. Nos ordenó callar y salir por la puerta de antes de regresar a las estanterías y recoger el último paquete de galletas. Afuera, la gente seguía aporreando la puerta. Algunos querían más, los menos, sólo querían ver arder aquel imperio de explotación. Nosotros queríamos matar al tipo que nos estaba dejando sin trabajo, pero cuando encontramos la soga, ya había gente dentro que lo transportaba en volandas.

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