jueves, 7 de junio de 2018

El dragón

De la rutina insípida de su oficina surgieron hadas y unicornios, tras la fotocopiadora había un licántropo y en la sala de juntas vivía un vampiro que se escondía en el armario cuando encendían la luz.  A veces, del despacho del director salía un demonio y en la mesa de la secretaria se sentaba una mantícora. Lo peor fue cuando apareció el dragón. Parecía enfadado y harto de redactar informes. Y entonces no quedó nada. Papá regresó a casa con una carta de despido. Tenía una sonrisa pintada en la boca y la camisa nueva quemada por la manga.

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