jueves, 2 de junio de 2011

Frente a las luces

- Me está llamando.
- ¿Quién?
- Ella.
- ¿Dónde?
- Dentro del bar.
- ¿Y la compra?
- Con un poco de suerte además de la fruta, el pescado y el fiambre, quizá pueda comprar un buen chuletón para la cena de esta noche.

La dejó pasar. Arrastró el carro tras la puerta y se acercó a la barra para cambiar un billete de cincuenta. Se quedó observando desde la parte de afuera del ventanal; los pasos rápidos, el rostro desencajado y la primera moneda resbalando por la ranura de la máquina tragaperras. No le había dicho nada y aquello le hacía sentir culpable. Las dos sabían que aquella noche no habría chuletón, como tampoco habría fruta, ni pescado, ni fiambre.

1 comentario:

lili dijo...

¡No mires a la luz!.. "pero es tan bonita..."
Es una tristeza inmensa que enfermedades como la ludopatía puedan acabar con una familia!!