jueves, 24 de febrero de 2011

Te estamos vigilando

Una llamada de teléfono y una voz tenebrosa al otro lado de la línea. "Te estamos vigilando". Desde entonces no come, no duerme y no anda con chicas. Cansado del miedo y la monotonía trata de salir del infernal agujero y pone un disco de heavy metal en el tocadiscos. Otra vez el teléfono, "no escuches esa música". Ni música rock, ni chicas de piernas largas y falda corta, ni comida basura, ni tabaco, ni ducha diaria, ni ropa gastada. Un día sale a la calle con traje y le dicen que no salga tan elegante, otro día lo hace con chándal y no debe ir tan deportivo. El día que desobedece se encuentra un ratón muerto grapado a su puerta, las ruedas de su coche están pinchadas o en su piso hay un sospechoso escape de gas. No puede más. Llama a la policía y les cuenta su problema. Su paranoia, para ellos, es que ve demasiadas películas en la televisión. Se equivocan, ni eso puede hacer. Ni televisión, ni libros, ni cuentos, ni radio. Atrapado en su burbuja de soledad termina buscando una cuerda y teje un nudo alrededor de su cuello. Al menos eso no se lo impedirá nadie. Cuando saquen su cadáver a pasear los vecinos dirán que normal, tarde o temprano tenía que ocurrir, un loco menos, una esquirla más.

No hay comentarios: