miércoles, 4 de febrero de 2009

Novela negra

Cuando pegó en la puerta de su despacho las letras que componían las palabras "detective privado", se encendió un pitillo y lo dejó reposar sobre la comisura de sus labios para creerse, una vez más, Humphrey Bogart.

Cuando la conoció y se perdió en el brillo de su larga melena rubia, frunció el entrecejo y musitó un par de palabras cortantes para parecer un tipo duro y creer que ella era su particular Lauren Bacall.

Cuando le extendió el primer cheque por investigar la muerte de su padre acaecida días atrás por un ataque al corazón y una herencia disputada entre hermanas, tuvo que releer, una tras otra, las novelas que componían la bibliografía de William Chandler.

Cuando comprendió como actuar y caló su sombrero a modo de triunfador, asomó el gabán hacia la luna y dejó que la noche recortara su silueta contra los edificios como si del astuto Philip Marlowe se tratase.

El día que regresó a casa, encontró a su rubia con diez kilos de mas y el tinte gastado abrazando entre protestas a dos churumbeles comidos por la suciedad, se preguntó porque nunca había visto aquella escena en las películas de Howard Hawkes.

1 comentario:

Sagra dijo...

Luego me explicas quienes son: Lauren Bacall, William Chandler, Philip Marlowe y Howard Hawked, que listo eres coño, yo q inculta.
besotes