
Cuando la conoció y se perdió en el brillo de su larga melena rubia, frunció el entrecejo y musitó un par de palabras cortantes para parecer un tipo duro y creer que ella era su particular Lauren Bacall.
Cuando le extendió el primer cheque por investigar la muerte de su padre acaecida días atrás por un ataque al corazón y una herencia disputada entre hermanas, tuvo que releer, una tras otra, las novelas que componían la bibliografía de William Chandler.
Cuando comprendió como actuar y caló su sombrero a modo de triunfador, asomó el gabán hacia la luna y dejó que la noche recortara su silueta contra los edificios como si del astuto Philip Marlowe se tratase.
El día que regresó a casa, encontró a su rubia con diez kilos de mas y el tinte gastado abrazando entre protestas a dos churumbeles comidos por la suciedad, se preguntó porque nunca había visto aquella escena en las películas de Howard Hawkes.
1 comentario:
Luego me explicas quienes son: Lauren Bacall, William Chandler, Philip Marlowe y Howard Hawked, que listo eres coño, yo q inculta.
besotes
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