domingo, 22 de febrero de 2009

Moral

Le gustaba la sensación de llegar a casa y encontrar a su familia en una estampa costumbrista. La vida en Colorado era un traje a medida para el portador del sueño americano. Aparcó su flamante Mustang dentro de un garaje lleno de herramientas y no tardó en olfatear el embriagador aroma al pastel de arándanos que cocinaba su mujer. Junto al mueble que sostenía el televisor, su pequeño hijo de seis años jugaba, ajeno al mundo, con sus último regalos de Santa Claus arrodillado en el suelo.

Encendió el aparato y encontró una hermosa mujer en traje de baño. Cambió escandalizado; no pensaba permitir que su hijo se criase entre golfas que incitaran a la lujuria y al pecado. En el siguiente canal, el presidente de Cuba acaparaba un reportaje sobre la actualidad informativa. Volvió a cambiar; no pensaba permitir que su hijo se criase entre comunistas que trataban de pervertir el mundo. En un nuevo canal pudo ver como un melenudo grupo de rock le imploraba a la muerte una oportunidad. Apagó la tele; no pensaba permitir que su hijo se criase entre pecadores que aclamasen la llegada del anticristo.

Su hijo continuaba ajeno a sus gestos y al resto del mundo. Pasado un momento le vio alcanzar el cajón del mueble y observó como sacaba el viejo revólver que había pertenecido a su abuelo. Le examinó con expresión indecisa y recordó que el día anterior había vaciado el cargador contra la diana dibujada en el tronco del árbol del jardín. Debería volver a cargarla y enseñarle al niño como se utilizaba un arma. No pensaba permitir que su hijo se criase sin saber qué debía hacer si algún día necesitaba matar a alguien.

2 comentarios:

Sagra dijo...

Booo! le va a pasar lo que el niño americanito que se ha cepillao a la madre preñá por celos, que la pegó un tiro y ala...al patio los callaos.
Q vida ésta, quinina le daba al niño

Anónimo dijo...

Mejor vivir entre la violencia que no entre la lujuria, el rock y demás. Por culpa de estos padres se cometen barbaridades como la que ha ocurrido en Pensilvania, deberia de juzgarse a los padres en vez de a los hijos.
Besos