lunes, 19 de enero de 2009

Juego de niños

- ¡La guerra es para hombres!

Escucho gritar al capitán entre el silbido de las balas y el atronador sonido de los morteros haciendo pedazos la tierra húmeda e intento encorajinarme durante un pequeño instante para parecer un tipo duro. No hacía muchos años yo jugaba a la guerra con pequeños muñecos de cerámica y ahora soy marioneta del destino cuyos hilos divagan por el campo de batalla, fusil en mano y miedo en el alma.

Una nueva explosión cegadora atrona nuestra zona de trincheras y el llanto de mis compañeros se mezcla con el olor a pólvora y sangre fresca. Intento agudizar el oido para atender una nueva orden y no hay voz ronca que ponga prietas las filas. Unos metros más allá, un melancólico gemido me pide ayuda y me acerco a gatas, procurando no exponerme al fuego cruzado. En los ojos casi sin vida del capitán puedo ver la mirada de un niño asustado que busca el perdón antes de morir. Por un momento me agarra con fuerzas por la solapa de la chaqueta y, un segundo después, mantiene inerme la mirada expiando en un suspiro todas sus culpas.

En esa mirada, en el llanto de mis compañeros y en mis propias lágrimas puedo, al fin, comprender que esta guerra no es para hombres sino que es el juego malintencionado de algún niño caprichoso que ha decido que, esta vez, nosotros seamos los perdedores.

1 comentario:

Sagra dijo...

Que historia más triste!! pero con sentimiento y dando que pensar como todo lo que escribes tú y dentro de lo triste que es lo peor es que es real aunque...si el capitán es un hijoputa no creo que lloren tanto por él.
Un besote okal