Si los pájaros te miran
extrañados, enséñales la pistola. Si los mosquitos te buscan de noche, rocíalos
de insecticida. Si los gatos se apoyan en tu alféizar, echa veneno en la leche. Si
los perros llegan hasta tu puerta, llena de alfileres el trozo de carne. Pero,
sobre todo, si tus amigos te piden un favor, déjales bien claro, con paladas de
tierra, que sólo existe un rey en esta jungla de asfalto.
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