Lo de los panfletos y las
proclamas está muy bien. Joder, lo de montar gresca mola bastante; te tapas la cara, quemas unas cuantas papeleras y provocas a los maderos para jugar a los
encierros con ellos. Ole, ole y ole. Pero lo de la pistola ya es otra historia.
Que sí, que ir al monte a probar la puntería con cuatro latas viejas es mazo
divertido, pero lo de ir con ella en la cintura, esperando a que un tipo que no
conoces salga de su casa para descerrajarle dos tiros en la nuca, pues mira,
eso como que no. Así que les digo que si quieren sigo montando jaleo, quemando
papeleras y jugando a los sanfermines con esos toros cuyos cuernos tiene forma
de porra de caucho, pero que lo de matar, pues que quieres que te diga, que
mejor se lo dejo al Cojo, que nunca ha sido mucho de ir a manifas pero lo de
matar pajarillos con la escopeta de perdigones se le daba de puta madre. Seguro
que lo entienden, hombre. Aunque por esa cara que me pone el jefe cuando me
pide que le devuelva el arma, mira tú, no estoy yo muy seguro del todo.
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