viernes, 17 de abril de 2020

Desprovisto

Si dijera que sentí dolor mentiría como mentí el día que dije que no sentí tristeza, como el día que dije que los lamentos son la sed de los cobardes, como el día que propuse un reto al corazón y perdí las ganas y la memoria. Desde aquel día miento más que hablo y hablo por no callar, pero de tanto verte de mano en mano, de boca en boca, he aprendido a callar en mis adentros y a no sentir lo de afuera.

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