martes, 7 de enero de 2020

Luftwaffe

Me quedé dormido hilvanando constelaciones. Las estrellas cayeron en picado, el aire azotaba el polvo y esparcía las cenizas, olía a pólvora y a azufre, podía sentirse el miedo y podían escucharse las sirenas. Mi madre acudió al cuarto y yo le supliqué cinco minutos más. Hoy, mientras observo la vieja casa y reconstruyo los tejados con la memoria, pienso qué hubiese pasado si no hubiese dormido cinco minutos menos.

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