martes, 6 de abril de 2021

Adrenalina

Se escucha ese «pi» infinito, tan irracional, tan interminable, tan frustrante. Tan de radiotransmisor estropeado. Desconozco las distancias, desconozco los tiempos. Los oídos son un cuartel de infantería en pleno desfile, pero lo peor está en la cabeza, allí retumban tambores y sobrevienen huracanes. La velocidad, constante y adecuada, consigue que algunos de mis sentidos sigan entregados a la misión. La vista al frente, la lengua seca y el aire comprimido a punto de liquidarme. Sólo cuando consigo adelantar al último coche siento como la piel se me eriza por completo.

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