Hoy tampoco encontré
trabajo a pesar de que hice todos mis esfuerzos por parecer una persona normal.
Dicen que mi currículum es excelente pero mi actitud es mejorable. He tenido
otro par de entrevistas y no he podido evitar los chistes malos. Uno me lo puso
a huevo con el cinco y el otro con el teto. De vuelta a casa me río sólo. Witzelsucht lo
llaman. Se lo intento explicar al ladrón que me asalta por la espalda y me pide
que levante las palmas. “Equis”, le digo. No sé si me duele más la navaja en
las costillas o no llegar a tiempo para contar aquello de que eran dos y se
cayó el del medio.
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