
El sueño me invade el insomnio de cada noche porque no he vuelto a dormir como antes, porque no he vuelto a despertar como antes, porque no he vuelto a vivir como antes. He aparcado el coche en la calle angosta y he cruzado el semáforo en rojo. La cafetería de la esquina es un bar de copas y la acera está negra por el hollín. No he encontrado un beso junto a la puerta de latón y en la sala de estar no había habitaciones con sábanas blancas. Desde que te fuiste, mi vida ya no es un sueño sino una pesadilla donde despertar es dormir y tratar de buscarte de nuevo en una calle ancha con coches aparcados.
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