jueves, 17 de enero de 2019

El amargo sabor de la derrota

Si tuviera una máquina del tiempo regresaría atrás y te comería a besos; no dudaría en tirar los prejuicios a la basura, sonreiría sincero y te diría palabras de amor. Si tuviera una máquina del tiempo me presentaría en tu procesiones, clavaría la cruz en tus pretextos, iluminaría tu mirada con una sonrisa. Si tuviera una máquina del tiempo comería tus besos hasta la cena, bebería tu sudor de madrugada, dormiría feliz sujeto a tus caderas. Si tuviera una máquina del tiempo conocería ese dulce sabor al que dicen que sabe la victoria. Con mi máquina de complejos sólo puedo jugar a mirar atrás y a paladear, una y otra vez, el amargo sabor de la derrota.

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