lunes, 27 de abril de 2015

¿Dónde está Edmundo Dantés?

Las lágrimas las apagaba el viento que mecía las hojas del parque de un lado hacia el otro. La sonrisa, esperanzada ante el nuevo encuentro, la dibujaba el recuerdo de miles de líneas leídas una y otra vez. Sobre el regazo, con el único peso de la memoria sobre cada párrafo, descansaba un desgastado volumen de "El Conde de Montecristo". "Llevaré un sombrero negro", dijo él. "Yo llevaré un libro", dijo ella.

A menudo imaginaba como serían los besos más allá de la isla de If. Un joven apuesto, intrépido y educado se acercaría a ella, le susurraría unas palabras al oído y se la llevaría para siempre hasta el fin del mundo. Soñaba despierta, cerraba los ojos y, cuando los abría, jamás encontraba a Edmundo Dantés. Siempre se trataba de un hombre inculto, desgarbado y con ínfulas de grandeza ¿Dónde estaba Edmundo Dantés?

Nunca pedía foto. No le gustaba preguntar a la persona con la que se encontraría, por su aspecto, en sus conversaciones previas de internet. Prefería jugar con su imaginación e imaginarse a un hombre con sombrero de ala ancha, capa y coleto. Pelo lacio y sonrisa burlona. Gesto adusto y mirada fría. Pero lo que encontró fue un tipo bajito y desgarbado. Rápidamente supo que aquel hombre jamás sería capaz de escapar de una prisión. Regresaría a su If particular, le invitaría a una copa de analgésico y le encerraría, en la celda de castigo, junto al resto de Abate Farias que ya le habían decepcionado.

No hay comentarios: