lunes, 4 de mayo de 2015

Hasta la cofia



Ella sabrá lo que hace cuando se mete en la cocina y se pasa las horas entre pucheros y sartenes. Mientras yo me familiarizo con el sillón y le tomo el pulso al mando de la tele, ella sigue con su mandil y la cuchara de palo. Nos sentamos a comer y observo su mirada inerme.
-          Mañana tengo partido de fútbol. – Le aviso.
No dice nada. Sigo comiendo y ella sigue observando. Debe estar esperando un veredicto.
-          El estofado está demasiado salado.
-          Lo sé.
Disimula una sonrisa, coge el teléfono y marca el uno uno dos.

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