lunes, 9 de enero de 2023

Brillo esmeralda

Mientras caminaba por el andén reconoció los ojos verdes de Almudena. No la veía desde el instituto, pero tantas noches en vela evocando los besos que nunca le dio, le ayudaron a rememorar aquel brillo esmeralda incluso desde el andén contrario. Levantó una mano tímida y ella frunció el ceño extrañada. Entonces llegó el tren, ella desapareció entre la gente y encontró un hueco junto a la ventanilla. Él la observó alejarse y, justo cuando iba a desaparecer, la vio abrir los ojos y regalarle una sonrisa. “Hasta siempre”, musitó. Y el sonido del tren llegando desde su izquierda apagó el eco de su garganta.

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