jueves, 7 de julio de 2022

El baile

Descansaba durante el día porque la noche era una coreografía continua. Primero vomitaba, después se bebía una botella de un trago, insultaba, se bebía otra botella y abría la mano para empezar a golpear. Por ello, el día que no hubo baile, mamá se acercó a la alcoba, preocupada. Él no roncaba y el vómito se acumulaba en su boca mientras un extraño color azul pintaba su rostro. Mamá tiró las botellas y subió las persianas. Desde aquel día no ha vuelto a bailar, pero, con una sonrisa radiante, canta una copla cada mañana.

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