lunes, 18 de febrero de 2019

Camino a Oz

Hay noches que me acuesto con miedo porque sé que alguien me quiere robar la luna. Me pregunto si ella sigue sabiendo que su luna brilla dentro de mí. Hay noches que busco en la ventana una luz para el recuerdo, hay noches es las que ella sigue guardando en su ventana un trocito de recuerdo para mí. Las noches son largas y los días monótonos. El sol me sigue descubriendo una vereda por la que debo caminar, pero cuando cae la noche, me atropella un camión de recuerdos y caigo inducido en un coma de pesadillas. Cuando despierto, una mañana más, sigo sin ver la luna y el sol, cegador, vuelve a dibujarme un camino de baldosas amarillas. Y ahí sigo, camino a Oz, esperando a llegar al lugar donde está escondida mi luna.

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