
A menudo imaginaba como serían los besos más allá de la isla de If. Un joven apuesto, intrépido y educado se acercaría a ella, le susurraría unas palabras al oído y se la llevaría para siempre hasta el fin del mundo. Soñaba despierta, cerraba los ojos y, cuando los abría, jamás encontraba a Edmundo Dantés. Siempre se trataba de un hombre inculto, desgarbado y con ínfulas de grandeza ¿Dónde estaba Edmundo Dantés?
Nunca pedía foto. No le gustaba preguntar a la persona con la que se encontraría, por su aspecto, en sus conversaciones previas de internet. Prefería jugar con su imaginación e imaginarse a un hombre con sombrero de ala ancha, capa y coleto. Pelo lacio y sonrisa burlona. Gesto adusto y mirada fría. Pero lo que encontró fue un tipo bajito y desgarbado. Rápidamente supo que aquel hombre jamás sería capaz de escapar de una prisión. Regresaría a su If particular, le invitaría a una copa de analgésico y le encerraría, en la celda de castigo, junto al resto de Abate Farias que ya le habían decepcionado.
Nunca pedía foto. No le gustaba preguntar a la persona con la que se encontraría, por su aspecto, en sus conversaciones previas de internet. Prefería jugar con su imaginación e imaginarse a un hombre con sombrero de ala ancha, capa y coleto. Pelo lacio y sonrisa burlona. Gesto adusto y mirada fría. Pero lo que encontró fue un tipo bajito y desgarbado. Rápidamente supo que aquel hombre jamás sería capaz de escapar de una prisión. Regresaría a su If particular, le invitaría a una copa de analgésico y le encerraría, en la celda de castigo, junto al resto de Abate Farias que ya le habían decepcionado.