
Ahora nos tiran piedras y ni podemos esquivarlas, caminamos a la pata coja porque nos cercenan las intenciones, dibujamos con tinta china mientras temblamos por el miedo a equivocarnos y si acabamos en el suelo será de rodillas suplicando una segunda oportunidad. En la oficina hay pelotas y juegan contigo a hacerte su prisionero, apenas hay vacaciones y cuando el tiempo regala un día libre no tienes ganas de correr aunque sigues esperando una mano amiga que te rescate. Dejamos que hagan el bruto con nosotros y dejamos que nos griten la cara mientras nos hacen sentir como un triste burro de carga.
Aquello era vivir. Ahora se trata de sobrevivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario