martes, 8 de noviembre de 2022

Puño y letra

-         Pero es su letra, no hay duda. – Reconoció el hijo antes de leer la nota. – Es otro de sus enigmas.

“Puedo entender precisamente a tu estado emocional solo tú observas y esperas sufriendo porque en realidad algún nido da olvido”.

-         Nada, que se ha largado. – Contestó la madre. – Que no le busquemos.

 Recogió el papel y lo dobló antes de guardarlo en el bolsillo del mandil. Observó, con satisfacción, como sus hijos se resignaban a la desaparición de su padre y como seguían sin conocer ese código secreto de formar oraciones con la primera letra de cada palabra.

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