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Se acerca Halloween. – Le dijo.
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Un inventó yanqui. – Contestó.
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Cierto, pero aquí sobrevuela el espíritu de
Maripa
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¿Y quién es Maripa?
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El que sale de su tumba para comerse tus
tripas.
Contó que Maripa se perdió en el bosque una
mañana de difuntos y sólo encontraron sus botas junto a un ciervo destripado y
una rama de laurel. Desde entonces todas las casas del pueblo amanecen con
laurel en su ventana los primeros dos días de noviembre.
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¿Y quién no pone el laurel?
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Amanece con las tripas rotas y muere entre
convulsiones.
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Tonterías.
Esa noche se celebró en el pueblo la fiesta
del laurel. Se repartía una rama de laurel a cada vecino, se bebían unas copas
de orujo y se encendía un fuego mientras la banda tocaba unos acordes. Él se
bebió el orujo pero rechazó el laurel.
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Cuando escuches golpes en la ventana, sal
corriendo.
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