martes, 10 de diciembre de 2019

La mano

La fastidiosa mosquita con su lengua veloz se posó en el borde del vaso, papá soltó la mano y los pedazos de cristal le rajaron la piel, la sangre goteaba por la mesa y mamá sacó el trapo para limpiar el desaguisado y mientras tanto, la mosca se posó sobre una raja de sandía. Papá miró su otra mano, y en lugar de soltar el pan, se llevó el mendrugo a la boca.

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