
Aquella tarde sonó el teléfono de la casa de Carlos. La voz femenina se encontró con la de su madre. "Sí, está aquí. Están en su cuarto ¿Quieres que se ponga?". "No, gracias, no hace falta". La madre de Carlos se acercó a la habitación y le encontró en la cama. No hubo sorpresa en el gesto. "Era tu madre", dijo. "Le he dicho que estabas aquí con Carlos". Sonrió. "Lo que no le he dicho es que Carlos está de viaje con su padre". Se quitó la bata y enseñó su desnudez. Ambos ocuparon la cama y volvieron a cumplir sus sueños por decimonovena vez.