- Date prisa que pronto me llama el cansino
- ¿Pero no te dijo que hoy descansábais?
- A saber, con este todo es posible. Lo mismo va por el río y ve un cocodrilo y le da por hacer el tonto otro rato.
- ¿Y para qué te necesita?
- Pues de palmera, para qué me va a querer.
En ese momento, una voz aguda retumbó entre los árboles.
"Aaaaaaaaa... aaaaaaaa. aaaaaaaaa".
- La madre que lo parió. Me voy.
- Joder, chita, de esta manera no forma de que echemos un polvo.
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