martes, 11 de septiembre de 2012

Media faena


Mientras me abalanzo sobre la novilla pienso si no me habrá vuelto a engañar y me habrá hecho citarla de nuevo para alardear de berrido. Recuerdo la última vez que volví para esconder el traje y apareció el bicho, con el furor de sus cuernos, dando embestidas por la puerta de entrada. Pero a los valientes nos gustan las grandes faenas. Nada más citar con mi estoque vuelvo a escuchar pasos en la puerta de entrada de la finca. Maldición. Otra vez, sin ropa, y con el estoque caído, tendré que escuchar las quejas de su marido oculto entre los trapos del armario ropero.

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