“No consigo recordar qué
es un hada", dijo la abuela a los policías cuando intentaron hurgar en su
pasado. El Alzheimer la había convertido en la sombra de lo que fue, aunque
mantenía en sus ojos el brillo de siempre cada vez que se cruzaba con el
abuelo. El policía más alto insistió: “¿Dónde vio usted al hada por última
vez?”. Al parecer, la buscaban por estafa y contrabando de caballos y ratones.
La abuela no respondió, pero sonrió cuando el abuelo le calzó su viejo zapato y
divisó, en el rincón, aquella raída calabaza que nunca se pudría.
Yoísmo
Hace 2 semanas
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