martes, 23 de octubre de 2012

Nunca jamás



-         Si no tuvo usted infancia, oposite para registrador. Aún puede recuperar el tiempo perdido. Puede empezar su formación previo depósito de cien monedas de oro.

Aquel pedante vestido de verde se atrevía a dudar de mi valía. De qué me servía vivir en aquel país si nunca jamás me habían divertido las historias de viajes de ultramar.

-         Me quedo aquí pero no pienso pagarle nada.

Me ajusté el parche y el tal Peter me miró extrañado.

-         Ya tendrá noticias mías.

Le tendí mi garfio y cuando sentí como lo estrechaba supe que yo también tendría noticias suyas.

No hay comentarios: