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Si no
tuvo usted infancia, oposite para registrador. Aún puede recuperar el tiempo
perdido. Puede empezar su formación previo depósito de cien monedas de oro.
Aquel pedante vestido de verde se atrevía a dudar de mi valía. De qué me
servía vivir en aquel país si nunca jamás me habían divertido las historias de
viajes de ultramar.
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Me quedo
aquí pero no pienso pagarle nada.
Me ajusté el parche y el tal Peter me miró extrañado.
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Ya
tendrá noticias mías.
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