Algún día se enterarían
de quién era el que movía el espejito, la tela y aquellos diminutos cuerpos que
bailaban al son de una vieja canción. Aquel día se acabaría la magia, los niños
crecerían y buscarían la sonrisa en otros lugares. Pero llegarían otros niños y
el espejito volvería a moverse, y también los trozos de tela y los diminutos
cuerpos seguirían el ritmo de la misma vieja canción. El espectáculo seguiría
su curso mientras el titiritero tuviese fuerzas para seguir contando su
historia y los niños siguiesen absortos frente al escenario.
Yoísmo
Hace 2 semanas
1 comentario:
En el momento q descubres esas cosas es cuando se pierde la magia y la inocencia q tienen los niños y empiezan a saber lo q es la decepcion. Que triste!
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