lunes, 23 de marzo de 2009

Corazón destinado

En el penúltimo beso de la noche, sintió de nuevo su calor ardiente sobre los labios. Jugaban a mordisquearse la boca mientras recorrían, palmo a palmo, cada milímetro de su piel, jugando con la yema de sus dedos.

No se conocían desde hacía mucho y por ello aún mantenían secretos pendientes de hacer brillar. Ella alcanzó su pecho y entre un mar de besos le preguntó por aquella cicatriz que le dividía el pecho en dos partes.
- Un transplante. - Susurró él entre dientes.

Le extrañó no haberlo sabido antes. Desde que le conoció en la cafetería del hotel donde pasaba sus primeras vacaciones desde que enviudó, no había dejado de cartearse con él hasta conseguir, por fin, los besos que tanto deseó en sus desvelos de medianoche.
- ¿Cómo fue? - Le preguntó en tono indiferente.

El mascó un trozo de aire y respiró hondo antes de responder. Había recuerdos que le quemaban el alma tanto como los fracasos.
- Me detectaron una anomalía. Fue rápido. Me llamaron del Hospital Provincial el trece de agosto del 2003 y al día siguiente ya tenía corazón y vida nueva.

Un par de lágrimas recorrieron su rostro y se acurrucó en sus propios brazos intentando rechazar el filo de las palabras. Antes de que él pudiese preguntarle que le ocurría, ella habló en voz baja, con la mirada en el suelo y el alma en ninguna parte.
- Ese día y en ese mismo hospital, murió mi marido. Y ese día y en ese mismo hospital, yo firmé la autorización para que sus órganos fuesen transplantados.

2 comentarios:

Sagra dijo...

Guauu pablin, que cosas tiene la vida eh? hoy mismo he visto un capítulo de Entre fantasmas que iba de lo mismo y al final el trasplantado y la viuda se liaron también.
Mencan, como todo lo que escribes.
Besotes

lili dijo...

Son curiosas las coincidencias que da la vida verdad??? una historia muy bonita, al final es el destino quien decide. Como me recuerda esta historia a la de mi Laurita, que tanto echo de menos.
Bss